Messi y la "dolarización" de la economía venezolana
Según el último reporte del BCV (28/08/20), la liquidez
monetaria en bolívares que actualmente circula en nuestro país equivale a
514.422.168,6 US$, si lo medimos a tipo de cambio oficial, esto es: 349.431,43
Bs. X US$ del 04 de septiembre pasado y vigente hasta el lunes 07/09/20.
En el caso de las monedas y billetes, toda la masa
circulante de efectivo en bolívares a la fecha de hoy a TC Oficial equivale a 16.929.209,8
US$.
Es decir: si en un hipotético caso el gobierno decidiera
hoy dolarizar definitiva y oficialmente la economía venezolana, bastarían poco
más de 514 millones de US$ para cambiar todos los bolívares a la moneda
norteamericana y casi 17 millones en el caso de los billetes, pues monedas
sabemos hace rato que no hay.
O sea: con la famosa cláusula de recesión del contrato de
Messi, el Barcelona FC podría dolarizar toda la economía venezolana y le quedarían
como 200 millones de US$ de vuelto.
O en todo caso, si lo que dice de revista Forbes de la fortuna del dueño de
Banesco es cierto, él solito, con su patrimonio en “trumps”, podría dolarizar la economía venezolana 5,8 veces a los
valores actuales.
En términos per cápita, si
asumimos una población venezolana de unos 28 millones de habitantes, estamos
diciendo que en estos momentos a cada venezolana y venezolano nos tocan en
bolívares el equivalente a 18,3 US$.
O lo que es lo mismo, técnicamente hablando, a cada uno
nos tocarían 18,3 US$ de efectuarse dicha dolarización, suponiendo se
repartiera en partes iguales toda la masa circulante
resultante de la conversión.
En el caso de las monedas la cuenta da 0,6 centavos de
US$ por cabeza...
Hace 8 años…
Si sacamos esta misma cuenta hace 8 años, es decir, antes
que comenzara el bucle regresivo en el cual nos encontramos inmersos, el
contraste a la vista es elocuente.
Según el Banco Mundial, el PIB venezolano de 2012
equivalía a unos 330 mil millones de US$. Mientras que la liquidez monetaria
como % del PIB para el mismo año a un 45,7%. Ergo, estamos hablando de una masa
monetaria en bolívares para finales de 2012 equivalente a 148 mil millones de
US$.
En términos per cápita esto supone habían unos 5.285 US$
por cabeza.
Desde luego puede estar ligeramente sobre estimada la
cifra por el tipo de cambio usado por el BM, pero poco más poco menos, esa era
la realidad.
En cuanto al porcentaje de la liquidez monetaria con
respecto al PIB, tomando las cifras oficiales hasta 2018 y lo estimado por la
CEPAL para 2019, tendríamos en los actuales momentos un PIB por el orden de los
82 mil millones de dólares. Es decir, estamos hablando de una masa monetaria en
bolívares del 1% del actual PIB y 287 veces inferior a la
de 2012.
En este caso puede estar subestimada la cifra por la
opacidad de la data oficial y el tema cambiario, pero no debe estar muy alejada
esta estimación con respecto a los valores resultantes de contar con data
oficial.
Por cierto que, con respecto a la data de 2012, valga
agregar que el nivel de liquidez monetaria de entonces estaba 32 punto por
debajo del nivel de un país como Chile y 66 del promedio mundial. Esto para consideración
y fines de los talibanes del “exceso de liquidez monetaria” y el “despilfarro
petrolero” de la era Chávez.
¿Dolarización o
desbolivarización?
Desde luego, la respuesta inmediata que muchos esgrimen ante esta caída
espectacular de la masa en bolívares, es que la misma ha venido siendo sustituida por una
liquidez paralela directamente en divisas y otras monedas extranjeras, entre las
cuales destaca por mucho el dólar de los Estados Unidos.
En líneas generales,
eso es lo que se conoce comúnmente como dolarización. Sin embargo, se trata de
una verdad a medias y muy distorsionada, pues dicha “sustitución” de una masa
por otra es muy precaria por decir lo menos.
Es decir, supongamos que la masa actual en monedas
extranjeras y sobre todo dólares suma los 5 mil millones de US$ que algunos
afirman. Pues bien, eso son 175 dólares por persona a nivel nacional. Pero además,
significa que TODA la economía está “funcionando” con una cantidad de dólares
equivalente a la que idealmente le tocaba a cada venezolano y venezolana en
2012 al hacerse la conversión de bolívares de entonces a US$.
Lo cual quiere decir que en realidad nuestra economía no
se está dolarizando: la economía venezolana se viene aceleradamente
desbolivarizando, esto es, quedando sin bolívares para operar, siendo que lo
que llamamos “dolarización” consiste en una compensación sub-óptima
de dicha desbolivarización.
¿Tiene alguna
utilidad la diferencia?
Es posible que para algunos esta diferencia sea diletante
o un ejercicio de masoquismo que solo agrega ansiedad a la ya ansiosa realidad económica
nuestra. Sin embargo, la diferencia entre una cosa y otra, es decir, entre
desbolivarización y dolarización, está muy lejos de ser solo nominal.
Entre otras razones porque en la medida en que, en
sentido estricto, no hay una sustitución del bolívar por los dólares, lo que
viene ocurriendo es un ajuste acelerado y despiadado de la economía venezolana
a la precaria cantidad de dólares disponibles, cuestión que se traduce en un empequeñecimiento
brutal de la misma. Y lo peor de este escenario, es que la cantidad de dólares
no tiene expectativas de aumentar ni en el corto ni en el mediano plazo, por no
hablar del largo.
Básicamente porque los dólares disponibles para
cualquier otra economía distinta a la de los Estados Unidos tiene tres vías
(lícitas) de ingreso: exportaciones, préstamos internacionales o inversiones extranjeras.
Dado el bloqueo y el lamentable estado de la industria petrolera nacional,
estamos claros que las dos primeras vías están negadas. Y en parte por la misma
razón, pero en parte también por el propio empequeñecimiento de la economía
venezolana, la última vía no es una solución, a no ser las inversiones que se
hagan para comprar a precio de gallina flaca bienes públicos que se privaticen
o privados que desnacionalicen.
Lo cual significa, dicho en simple, que por la vía que
vamos la economía venezolana no solo no va a crecer: va a seguir empequeñeciéndose,
o en el menos malo de los casos se estancará en un estado sub-óptimo de
precariedad.
Ahora si se asume lo contrario, es decir, que no se está
dolarizando sino desbolivarizando la respuesta puede ser distinta al igual que
el destino, porque los bolívares (y el petro incluso, con todo y su ambigüedad) y la política monetaria no
dependen de la reserva federal norteamericana sino del BCV en coordinación con
el ejecutivo. Pero bueno, eso supone cambiar todo lo que se ha venido diciendo
y haciendo de un tiempo a esta parte.
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